jueves, 24 de mayo de 2012

Shoot!
-Eres lo mejor de mi vida –trataba de apretar mi mano, aunque era imposible que me hiciera algún dolor su apretón, sus fuerzas cada vez eran menos.
-También eres lo mejor de mi vida –bese su mano.
-Quiero irme de aquí, Lou –me suplicaba ella, mientras agitaba su mano tratando de zafarse del ducto que conducía suero a su cuerpo.
-Sabes que no se puede, y es para que te mejores –trataba de alentarla.
-No me quejare si te quedas aquí conmigo –me miraba en un plan de suplica al cual no podía resistirme nunca.
-Aquí me quedare a vivir si es posible –le dije para después incorporarme y alcanzar a besar sus aun suaves labios que provocan mil mariposas en mi estomago.
-Te amo –me susurro.
-Te amo igual, descansa que de aquí no me iré –hacia pequeños dibujos en su brazo hasta que vi que se quedo dormida.

Su cabello se había ido con la quimioterapia, al igual que la calidez que transmitía su cara ahora era una piel pálida, lucia más delgada, era a causa del cáncer que le detectaron. Me quede toda la noche apreciándola, viendo que estuviera cómoda y debo decir que también veía que siguiera respirando. Pasaron 2 semanas igual a las anteriores solo que los diagnósticos iban empeorando.

El día 15 de Diciembre del 2011, lo recuerdo como si fuera 
ayer, ese día me perseguirá por el resto de mis días, por primera vez decidí ir a mi departamento por la tarde a bañarme y comer, antes de partir me dijo.

-Te amo Louis, siempre será así –la bese.
-También te amo ___ estaré contigo a donde sea que vayas –la bese momentáneamente no quería incomodarla- Regreso en un par de horas ¿de acuerdo? –acertó con la cabeza y me despidió con la mano.

Después de pasar dos horas en mi departamento regrese al hospital demasiado tranquilo, hasta que vi como varias enfermeras entraban a la habitación de ___ llevaban las paletas para regresar a la vida a alguien, después entro una camilla movible, comencé a correr hacia la habitación esquivando a todo el que estuviera en el paso, lo que estaba pensando no debía ser verdad, no podía ser.

-Déjeme entrar –le suplique a la enfermera que obstruía el paso a la habitación- ¡____! Amor estoy aquí –le grite tratando de alcanzar a ver qué era lo que pasaba en la habitación, las lagrimas comenzaron a caer de mis ojos corriendo por mis mejillas. 
-No puede pasar, vaya a sala de espera –me dijo la enfermera para después entrar a la habitación y cerrar la puerta.

No me moví de aquel frío pasillo, me senté en el piso, con mis manos rodee mis rodillas y escondí mi cara en ellas, lloraba incontrolablemente al escuchar lo que los médicos decían tras la puerta “se nos va” “sube a 8” “los signos vitales están disminuyendo” esas frases eran como mil y un puñaladas para mí, debía ser un sueño todo esto debía ser un sueño me repetía para mí mismo, escuche que se abrió la puerta de la habitación y me pare inmediatamente.

-¿Eres familiar de la paciente Barnes? –me pregunto el doctor, mientras limpiaba las lagrimas de mi rostro.
-Yo soy su novio... ¿Cómo está? –pregunte ansioso y entrecortadamente.
-pauso unos segundos y después agacho la cabeza negando con la cabeza- Lamento mucho su pérdida… no pudimos hacer más 
-No no no no –me recargue en la pared- es mentira, está mintiendo ¡Ella está bien! Tiene que estarlo –las lagrimas brotaron de nuevo al grado de no poder respirar, y de nuevo volví al suelo- Por favor quédate.


-Louis deberíamos irnos, esta por llover –los gritos de mi hermana desconcentraron mis recuerdos.
-Iré en 10 minutos –grite y coloque aquel ramo de flores que llevaba en mis manos no más de una hora- Cumpliré aquella última promesa que te hice, no sabes la falta que me haces quiero estar contigo –toque las letras de la lapida donde mis dedos se hundían al pasar por su nombre ____ Roux Barnes “Descansa en paz”, en mi cabello comenzó a mojarse, voltee hacia el cielo y vi como las gotas caían intensamente- Te amo –lo dije en un hilo de voz audible para ella y para mí.

Me dirigí al auto donde me esperaba mi hermana, todo el camino estuve callado pensando en la forma de morir, al entrar a casa me introduje a mi habitación escribí una carta en la cual explicaba mis motivos, tome el frasco de pastillas que tenía mi madre en su repisa del baño, tome de todas las que encontré 5 o más, lloraba no podía evitar hacerlo había pasado un año desde que ella partió y yo no podía superarlo, ella era todo para mí, no sé cómo había aguantado todo un año sin ella. Antes de que hicieran efecto las pastillas me recosté en mi cama, el sueño comenzó a vencer a mis pupilas... volvería a verla, eso era lo único en lo que importaba.



No hay comentarios:

Publicar un comentario